Fonda Ana Mari

Es siempre un placer comer en la Fonda de Ana Mari. Es de esos sitios con encanto que ya quedan poquísimos. Como entrar a comer en casa de tu abuela. La comida riquísima, platos típicos, los de toda la vida! Ana Mari es encantadora y siempre atenta. Nos encanta entrar en la cocina y echar un vistazo a sus cacerolas y sus fogones. Recomendable 100%.

Hoy, cuarta vez que vamos. No se si es cuestión de fechas. Pero es inadmisible que una sola señora atienda... barra,cocina, comedor etc. Cuando llegamos, la cocina estaba cerrada, ningún fuego encendido, nada de peroles. Lo único q puso al fuego fue sartén para freír sus famosas croquetas. Lo demás a base de comida de hace no sé cuántos días en MICROHONDAS.

Muy rico lo que probé, los garbanzos con verduras y sus croquetas. Comida tradicional hecha con cariño. Trato familiar y muy agradable. Para volver, sin duda.

Ana María te atiende desde el principio con su amabilidad y su familiaridad. Es un lugar auténtico de la sierra de Cádiz, con productos locales y elaboración casera. Anteriormente también fue pensión, pero ahora solo se sirven comidas. Probablemente se pueden degustar unas de las mejores croquetas del puchero de toda la provincia. Buena relación calidad-precio, en la media de la zona. Limpieza, sencillez, fantástica atención, sin aglomeraciones ni prisas. Si tiene la oportunidad, pare a comer en este lugar... quedan pocos y desgraciadamente parece que se perderán cuando sus actuales dueños dejen de atenderlos. Una advertencia: no se puede pagar con tarjeta y en esta pequeña localidad no hay cajero automático.

Muy buena señora. el benao en salsa y las croquetas muy buenas.