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Bidra med feedbackLugar bien de campo, bodegón de 1858,..comida ultra caseras echas con los vegetales y carnes que hay en los alrededores,..según el día es el menú fijo,..abundante entrada,..con quesos, escabeches, morrones, tortillas, perdiz, pollo, viscachas,.. etc etc,..platos principales generalmente a elegir entre ravioles de ortiga, ñoquis o fideos,..también te ofrecen lechón, chorizo,..los postres ultra caseros,..echo por las manos de Donatella,..mujer rustica,..de las que se rompió el lomo y las manos laburando,..de trato muy especial,..donde ella hace gala de un maltrato al cliente que genera un marketing comercial propio,..hay que saberla entender,..en el fondo es una mujer muy amable,..ABSTENERSE DE IR PORTEÑOS QUE FRECUENTAN PUERTO MADERO, PALERMO SOHO ETC ETC,.. el lugar es de arquitectura campera,..las paredes con humedad, galletas chacareras, dulces, salamines, huevos de campo y cuchillos para la venta,...gente de costumbres finas !!,..no les recomiendo ir,..a la gente que sabe entender el lenguaje abierto del lugar le va a encantar !!
En mi viaje hacia Vieytes vi este viejo almacén y me llamó mucho la atención ya que me gusta frecuentar lugares con aspecto de pulpería y solitarios. Caserones hechos como para que el resto de un pueblo se forme alrededor de el pero eso nunca pasó y el tiempo lo mantiene todavía ahí. De regreso hacia Buenos Aires me detuve y comenzó la experiencia, para los que somos del interior algo familiar, el lugar huele a madera, cuero de aperos, vino derramado, algo de humedad y lo mejor olor a comida casera a esas salsas que están horas sobre la hornalla para que todo se haga despacio, la carne se convierta en hilachas y todo se mezcle muy bien. De repente de atrás del mostrador aparece la auténtica Donatella una napolitana que se nota que la peleo y tal vez de la necesidad condimentada con sabiduría salieron sus recetas y con una idea muy clara que todo lo que nos rodea puede ir a parar a la olla. De ahí surgen sus exquisitos ñoquis de ortigas con estofado y chorizo a la pomarola. Su trato tal vez parezca algo brusco cuando uno consulta qué hay de comer te mira te pregunta si estás con hambre y al responder que si te obliga a sentarte afirmando que ella se va a encargar de atenderte y comienza la experiencia Donatella. Una entrada con lentejas, morrones asados, matambre casero, queso en fetas y la estrella un puré, una mezcla de papas, zapallo, queso, salsa y algo más, receta que traslada la imaginación al camarote de 2ª clase de algún barco cruzando el Atlántico con estos inmigrantes que terminaron por darle forma a nuestra identidad. Al primer bocado de esta rara mezcla se acerca Donatella y te pregunta que te parece que es eso que estás comiendo, ante el titubeo y la duda te explica que con todo se puede hacer un puré y no sólo de aburridas papas. Excelente! Su hijo es el que sirve las mesas y tiene un trato más amigable aunque a mí el de Donatella me transmitió un cariño especial y charlamos bastante en cada momento que se acercaba para ver cómo iba la degustación de sus orgullosos platos. De principal pastas, ese día había fideos, ravioles y ñoquis. Elegí los últimos y eran de ortigas, si las que pican y producen ronchas apenas te rozan, riquísimos, servidos con un estofado con carne de cerdo y chorizo a la pomarola. Para beber gaseosa de litro y medio y me llevé para mi hijo que le gustan una bolsa de galletas marineras gigantes. Un lugar único para los que nos gusta acompañar una comida con esos extraños valores agregados que conducen a pasar un buen momento que en definitiva de eso se tratan los placeres. Recomendación: Aunque Donatella se ofenda pregunten cuanto les va a costar todo lo que les ofrece. No es barato!
Buena comida casera y la mejor atención... El lugar rústico y agradable la gente del lugar muy amable....
Paramos de casualidad, porque nos pareció un lugar agradable, un típico restaurante familiar y de campo, Nos llamo la atención la poca variedad de platos. Comimos lo que ofrecían, una entrada principalmente de verduras q consistía en papas hervidas, un revuelto de no se qué, apio en escabeche con gusto a rancio, 2 fetas de matambre casero y 2 fetas de queso,) en el plato principal podías elegir entre pasta o lechón... Los fideos vinieron bastante flacos y si querías otra variedad de carne no había! Y luego el postre que tampoco gusto mucho. Te traían porciones chicas, podías repetir pero no valía la pena, porque tardaban mucho. Tomamos una coca de litro y medio Nos quedamos con ganas de comer rico y bien... Pero lo peor fue que al pedir la cuenta nos cobraron $350 a cada uno y no sabemos que fué lo que rompimos porque lo que comimos no valía eso.
Algo de parrilla si embocas el día y nada más ! Carito por lo que te ofrece.¡!!!!!!!!!¡!!!!!!No vale la pena más comentarios........................