Boka nu
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Bidra med feedbackPues os cuento que es un local cerca de mi lugar de trabajo, algún día paramos los compañeros a tomar algo al salir de trabajar y al pedir algo de beber nos sorprende la actitud del camarero al poner mala cara al pedir,luego no se entera y tenemos que pedir 3 veces para que nos traiga lo que hemos pedido.Tras varias consumiciones preguntamos si nos podría poner algo de picar puesto que veníamos de trabajar y el cuerpo pedía algo de energía y nos dice que bueno vale pero de mala gana cuando hasta ése momento estaba repartiendo tapas. Hoy el colmo fue que páramos a tomar algo a las 3 de la tarde luego de trabajar pedimos de bebér y ni unos cacahuetes nos dan pero bueno es su derecho no una obligación por lo que nos callamos y seguimos bebiendo,pero resulta que a nuestro lado se sentó una chica y le pusieron de beber y le pregunta si quiere un pincho y le traen un plato de macarrones,luego llega una compañera suya se sienta le traen de beber y otro plato de macarrones estando a 1 metro de nosotros así que ante la falta de educación e igualdad para con sus clientes decidimos levantarnos e irnos y no tenemos pensado volver gracias por dejar claro que en su local no todos somos iguales
Hemos ido a comer hoy domingo y destacar la rapidez,atención y calidad de los productos,churrasco de ternera y cerdo a repetir por un precio muy bueno,además yo pedí rodaballo ,navajas y entrecot a la pimienta y muy bueno.lo recomiendo y volveremos a repetir sin duda.excelentes profesionales y chapó al cocinero.
Paramos a desayunar y fue de los lugares más lamentables en los que paré. Según entramos aún sin tomar asiento ya nos aborda una mujer, interrogándonos “qué queréis” sin ni dar los buenos dias. Pedimos dos cafes sin lactosa acompañados de un par de tostadas con tomate. Cuando aparecen con los cafés solamente es uno sin lactosa, a lo que responde el camarero, “bueno, ahora ya está, bien lo tomas no?”. Callamos y nos quedamos con el. Cuando llegan con las “tostadas” quedamos con la boca abierta, dos rebanadas de “pan bimbo” calientes con un botecito de mantequilla. Se le indica que eran dos barritas con tomate, a lo que nos las retiran y vuelve al minuto el señor con ellas, tras quitar el botecito de mantequilla y poder observar en las tostadas un par de semillas de tomate. Al ver nuestras caras nos pregunta si no es así, a lo que le decimos, mejor retire las tostadas, tomaremos solamente el café, respondiéndonos, os pongo entonces unas magdalenas? Indicándole que solamente tomaríamos el café. Una vez me dirijo a pagar, otra chica nos pregunta lo que era, a lo que le indicó que dos cafés para cobrar. La mujer que nos atendió en un primer momento le dice que también dos tostadas, a lo que le digo que no, que solo dos cafés. Le interroga la mujer al señor en la cocina y finamente abonamos solamente los cafés.
Ahí tenemos al chef del restaurante, José Balboa, elaborando con amor y dedicación los platos suculentos y sencillos que figuran en la carta de este buen restaurante. Pedimos el menú del día del fin de semana, dos primeros a elegir (pulpo a la plancha o vieiras gratinadas) y dos segundos (solomillo o lubina a la plancha). Raciones abundantes, bien preparadas, sabrosas y bastante bien presentadas, lo que es de agradecer. Destaca el personal por el trato amable y profesional. Volveremos...
La primera vez quedé gratamente sorprendida. Comimos el menú del mediodía y todo estaba muy bueno y abundante. De primero pedimos fideos con mejillones y berberechos y estaba realmente muy sabroso. De segundo ambos pedimos la parrillada de carne. Estaba muy buena y muy abundante, tanto que pedimos un tupper para llevarnos lo que sobró. De postre tarta helada y tarta de la abuela para mí. Todo acompañado de pan, vino y gaseosa. Precio por persona 9€, pero ayer viernes me decepcionó bastante. De primero pedimos ambos mejillones al vapor y estaban muy buenos, como ayer era viernes en el menú tienen pulpo a la gallega . Fatal, el pulpo parecía que había sido cortado con un corta fiambres. Las rodajas a contraluz eran casi transparentes. Además de estar demasiado pasado, un pulpo al que le cae la piel o ha estado demasiado tiempo cociendo o fue recalentado en el microondas. Estaba pelado, como chicle al comerlo, rodajas tan pequeñas que para verlas necesitabas una lupa. En fin no vuelvo a pedir pulpo aquí, eso está más que claro. De postre pedimos tarta helada y tarta de arroz. La tarta de arroz tampoco la recomiendo, muy seca, dura e insípida. A todo esto hay que añadir que hay poco aparcamiento, tampoco está asfaltado así que si eres una persona con movilidad reducida lo tienes crudo ya que todo es gravilla. Entrar al restaurante tampoco es fácil, hay que entrar por la entrada de la terraza y he tenido que pedir ayuda ya que no hay una rampa adaptada. En fin, es lo que hay. En pleno siglo XXI las barreras arquitectónicas para personas con movilidad reducida brillan por su ausencia. No creo que vuelva, o por lo menos no en mucho tiempo. Una pena