El Olivar De Guzmanes

Hotelito con encanto en un enclave histórico. La habitación fue amplia y confortable en general, con aire acondicionado incluido. Un gran detalle fue que tenían puesto un difusor antimosquitos conectado, lo cual es de agradecer porque en lugares de interior con mucho campo alrededor suele haber bastantes. Por poner alguna pega, el colchón era bastante duro para mi gusto, pero para gustos los colores. El desayuno consta de tostadas con varias cosas a elegir; tomate, aceite, mantequilla, mermelada o sobrasada. Pude probar el aceite y la sobrasada y estaban exquisitas, además si te quedas con hambre puedes también elegir algo de bollería (Croissants y magdalenas básicamente). No puedo olvidarme de destacar el trato de Julian, amable y muy simpático a la hora de realizar el checkin y que además de explicarnos el funcionamiento del hotel, nos orientó a visitar lugares cercanos de interés. Obviamente recomendaría este lugar a futuros viajeros

Restaurante con mucho encanto,la comida buenísima y el trato del personal, sobre todo Rocío extraordinaria, ha sido un placer pasar por ahí volveremos seguro

Un sitio especial , tranquilo , muy bien ubicado, buena comida y el personal súper agradable .

Este hotel es pura magia, de bonito, de bien cuidado, en un edificio histórico... y el personal no puede ser amable. Tiene una terraza con vistas increíbles,rodeada de plantas y de fondo,el sonido de la piscina.

Un hotelito con encanto las habitaciones son cómodas y limpias tiene AC y ventanas también, piscina y una cafetería restaurante. Los desayunos son bastante básicos. No tiene aparcamiento por lo que debes buscar aparcar por las callecitas aledañas pero no es imposible.