Boka nu
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Bidra med feedbackEs un sitio agradable, menú degustación exquisito y la atención de lujo, e ido antes y volveré sin lugar a dudas
En mi opinión el precio es demasiado alto para lo que ofrece, y eso que ofrece calidad, pero tanto en cantidad, como en el propio desarrollo del menú, deja que desear. Básicamente se trata de embutido, y poco más, por lo que realmente no lo veo una comida ideal, tal vez una cena de picoteo... Pero entonces me parece demasiado caro. Como digo lo que comes está bueno, porque la materia prima lo es, pero hasta ahí... Además el lugar no está preparado, es muy chico, no tiene cocina, al fin y al cabo realmente es una tienda, el olor se te queda, y puede ser un poco agobiante. La suerte que tienen es que Almería no tiene oferta de menú degustación ni de calidad amplia, porque obviamente este lugar está por debajo de la media y se resentiría. Pero bueno, una experiencia más, aunque no la repetiremos.
Visitica obligada a Andy , probando su queso con trufas, su jamoncito y su vermú La Dehesa de Andy es sin duda una de las mejores tiendas de delicatessen y excelencias de Almería. La calidad indiscutible de todos sus productos, la veriedad unido a sus precios, hacen que su tienda sea paso obligado Lo mejor de todo el trato y sus famosísimas degustaciones
La comida es excelente, sin duda la mejor calidad de almeria, pero encima el servicio, esta dario el mejor camarero de almeria, elegimos un menú de carne wagyu nacional, y una chica no comía carne, pues le puso un plato de aTun a la brasa y nos pusieron u plato de más, vamos espectacular... de lo mejor que he estado. Viva Darío!
Desconocíamos el lugar, pero amigos de la ciudad nos lo recomendaron y tal y como especificaba su página web, se advertía una delicia gastronómica sin igual. El comensal dispone de casi 4 horas non stop de comida y bebida, según indicaba la web, basada en entrantes de la tierra y recorridos del mundo, de alta calidad. Llegamos a las 15:30, previo aviso, y nuestra mesa voló. No tardó en solucionarse el problema con varias cervezas de regalo y montar una mesa cerca del lavabo (para algunos un problema, para otros una solución). Lomo de caña, jamón de bellota (ojo bellota no es aquí Joselito), seguido de unas croquetas y provolone, así como boletus y otros entrantes más, que no justificaban, de momento, la tremenda experiencia gastronómica que nuestras expectativas demandaban. Un acierto inicial, un Ribera no conocido por el que aquí escribe, pero de gran calidad. La ruta designaba una carne excepcional, wagyu japonés. Eso ya podría decantar la balanza hasta el cielo. Se montó la plancha y aparecieron 5 trocitos de wagyu, bueno, para su cocción personal. Cierto, aquí el término degustación fue tan real como explicita la RAE, sin más. Porque la experiencia, según la propia Dehesa, era repetible y yo estigmatizado por la gula, deseaba repetir, pero lastimosamente se terminó la deseada carne, pudiéndose sustituir por wagyu regional (creanme no repitan esta torpeza). Postre final sin pretensiones ni elaboración y 2 gintonics para quien pueda soportarlo. En resumen, un lugar para hartarse de comer y beber si; un lugar para deleitar las papilas gustativas, es harina de otro costal.