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Bidra med feedbackTotalmente recomendable. Comidas lugar y ambiente. Agus un amor. Precios acordes. Cualquier medio de pago.
Si están por Necochea vale la pena que crucen “el charco” y vayan a conocer Jamming. Nosotros llegamos atraídos por la extraña cantidad de autos en fila y personas en puerta, esperando entrar. Con expectativas y curiosidad, recibimos la sorpresa de haber encontrado un lugar mágico. Frente al mar, con una arquitectura austera pero cálida, de construcción similar a CasaPueblo, y todos los detalles contemplados para una atención dedicada. Los mozos, un diez! La panera completa, el dip con Babaganush, la Grolsch helada, la explicación de cada plato. Un risotto de langostinos cremoso, abundante y lleno de “sorpresas”. Los sorrentinos Nero di zepia, re-rellenos de salmón rosado, con salsa de camarones y cherries asados. Una brotola apenas cocida con salsa de pimientos, tomate, nueces y almendras, sobre papas, berenjenas asadas y chips de batata. Un lomo a la manteca de panceta y ajo asado, con papas al horno. La cazuela de mariscos, completa y sabrosa. Y para “el menor” :) un bife de chorizo 300g con papas, rúcula y parmesano, en el punto justo. Para cerrar, elegimos solo un tiramisú, de crema delicada, café fuerte y tamaño XL. Nos hicieron sentir como en casa, y volvimos, y volveremos. Nos reservaron “la misma mesa” y hasta nos esperaron con la silla para niños ya lista. Al lado, también de ellos, un bar con música en vivo y tragos frente al mar bravo y la noche pura estrella. El chef? Se asomó con su gorrita y sus 24 años y sonrió. Para mejorar? Falta una máquina de café.
Tiene una parte de pub y otra de restó. Nosotros fuimos ala restó. Recibimos buena atención y hasta nos ofrecieron bajar la música cuando vieron que tenía un bebé. El lugar es muy lindo tiene buen clima. Las papas rústicas con queso muy muy ricas. Las porción de rabas media chicuela pero bien, vienen con salsa y lechuguita. Aprovechamos el happy hour, pero las que pedimos licuados salimos perdiendo, no tienen frutas, solo hielos y algún saborizante.El lugar es muy bonito para ver el atardecer frente al mar. Vale la pena, hay que saber que consumir. Aclaro que no sirven nada de cafetería.
Alejado, tranquilo, linda estructura, toda la onda, muchos surfers, otro ambiente comparado con cualquier otro del centro, un ambiente más descontracturado y relajado.