Boka nu
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Bidra med feedbackTrato hacia el cliente de malas formas. Contestando de forma chulesca. Tras preguntarles por la posibilidad de sentarnos en una mesa, su contestación ha sido no ves que tiene una copa de vino? Por supuesto esa copa de vino era del camarero.
Atentos, buen producto y trato muy agradable. Solo tiene un problema: encontrar mesa cuando hace buen tiempo. Siempre está petao . El sol de media tarde es de lo mejor de la sierra de madrid.
Cuando llegamos a la puerta del sitio nos hicieron entrar por la puerta de atrás pasando por un camino que no estaba asfaltado y dejando nuestro coche de negro a blanco. En el recibidor nos recibieron bien y nos acompañaron hasta la mesa. Os dejo en fotos los platos que pedimos La burrata no era casera. Las croquetas no estuvieron mal El jamón tardo más de una hora en llegar y cuando llegó mi sorpresa fue que estaba duro y no poco, se hacía bola en la boca. Se lo comenté al camarero y no quiso cambiarnos el jamón asegurándome que era de buena calidad, mi pareja tuvo que ir varias veces al servicio a tirar las bolas de jamón, un jamón ibérico sin nada de grasa y duro. La carne cuando llegó no estaba caliente. Y tambien se hacia bola. Cuando me quejé me dijeron que el plato de jamón no me lo cobrarían y en la cuenta si estaba cobrado. A la camamera que me lo dijo, me respondio que ella era una simple camarera. No me digas entonces que no me lo vas a cobrar. No es un lugar para montar un expectaculo. Pero no pienso volver. Y eso que tenia varios eventos pendientes con varios socios. Nada recomendable. Es Un quiero y no puedo en toda regla.
Somos del pueblo y sólo hemos ido una vez. Hemos querido repetir en alguna ocasión, pero ya hace mucho que no lo intentamos, porque?: 1) La cara del dueño es sumamente desagradable y no invita a estar en su local 2) Cuando intentas sentarte siempre tiene alguna excusa que, con la cara que te lo explica, solo con eso, te está diciendo que te vayas En resumen, no vamos a ir nunca ni lo vamos a intentar más, por supuesto.
Intentamos tomarnos una copa después de comer en el pueblo de Navacerrada. El bar medio vacío. Le preguntamos si tenían una silla para sentar a nuestra hija pequeña y nos dijo que no tenían ninguna cuando en otra ocasión hemos visto pequeños taburetes alrededor de las mesas. En esta ocasión las habían retirado para tener mayor espacio, nos imaginamos. Tras la negativa, el camarero de mayor edad nos invitó a que buscáramos en otro lugar cercano a la plaza. Moraleja, la presencia de niños no es grata en este lugar. No volveremos más!!!